Aunque sea muy brevemente, compartimos parte de nuestra oración… En vivo y en directo, tuvimos la puesta en común del trabajo por grupos, después de leer el Evangelio. Fuimos siguiendo una hoja que nos ayudó a rezar: La Palabra de Dios, un salmo, unas peticiones, unos símbolos… Sólo reflejamos aquí una oración.
(en torno a la Palabra de Dios (Mt. 5, 13-16) y los símbolos de la sal y la luz)
Entra en mi vida, Señor,
entra en mi corazón.
Porque quiero ser tu luz,
que alumbre a los que andan en tinieblas,
a los desorientados en medio de este mundo,
a los que han perdido la esperanza,
a los que hace tiempo se alejaron de Ti.
Porque quiero ser sal
que alegre a todos los que me rodeen;
que contribuya a crear un mundo más humano;
que acerque a todos a Ti para que te saboreen.
Señor, dame fuerza para no desfallecer,
para no desvirtuarme o apagarme.
Te pido tu fuerza, Señor,
porque sé que si te tengo conmigo
mi luz nunca se apagará,
ni la sal que has opuesto en mi vida se desvirtuará.
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