Para ir lejos hay que dar un paso detrás de otro con «determinada determinación». Y hay que hacerlo cada día con ánimo esperanzado. es así como se llega a la meta que es Cristo. Los consagrados, en este día, nos recuerdan que poner el corazón en Jesús es lo que nos llevará a la felicidad.
Aprovecha tu oportunidad, acércate a una persona consagrada, y dile que te cuente algo de su vocación, y puede, que a través de esa experiencia, aprendas algo sobre ti y sobre Dios.
ORACIÓN POR LOS CONSAGRADOS
Señor Jesús, vuelve a enseñarnos a decir Padre nuestro, para que nuestras vidas entregadas y al servicio respondan cada día al encargo de la mañana de Pascua: «Id y decid a mis hermanos». Envíanos tu Espíritu, para romper las barreras que nos atan y empeñarnos en la construcción del sueño de una nueva fraternidad, que nuestras vidas sean signos proféticos, que derraman lo mejor de sí, para que este «mundo herido» recupere la savia del amor sincero, la alegría de que todos somos necesarios, la esperanza de que Tú nos precedes y habitas en medio del dolor y los sinsabores de tantas injusticias. Ayúdanos a poner los ojos en ti, el Buen Samaritano, para hacernos cargo y caminar humildemente a tu lado como «hermanos y hermanas» de todos.